jueves, abril 13

  • Sano y hermoso, para siempre: inmortal. ¿En este mundo, así como está? Sería una maldición de los dioses. —Nuestro Dios, infinitamente bueno, por lo menos nos reserva un lugar en el Infierno.

  • Ese que dijo que en el futuro todos serían famosos por quince minutos vaticinó la distribución equitativa de la curiosidad recíproca. La fama nunca puede ser igualitaria.

  • Algo de felicidad hay en conocer a los famosos, pero no en ser uno de ellos. Su felicidad es una máscara de cosmética burda, escamada, de luces mortecinas y de ojos que lloran en la noche. Sus admiradores lo sospechan: ellos lo saben sin género de duda.




1 comentario:

Anónimo dijo...

bueno, uno a veces puede querer pensar que los otros lo pasan pésimo. es que creemos que tienen tantos defectos, que son inmorales porque tienen sexo con una mujer preciosa; que son libertinos porque disfrutan su plata. y finalmente es la envidia de uno la que empieza a ver esos defectos, ya que lo único que quisiéramos, si Dios nos lo permitiera, sería tener todo eso. y así nos pasamos la vida, sufriendo y deseando lo que nunca hemos tenido ni vamos a tener. y en esas condiciones, por lo menos hay que criticar. y no nos damos cuenta que ese es justamente nuestro camino al sufrimiento. que el del lado tenga sus defectos y sea aquí o allá, da lo mismo. ojalá que lo pase bien.

uno tiene que preocuparse de lograr su felicidad, pero con lo único que nos puede dar esa felicidad. descubriendo el sentido de la vida. ahí ya desaprecen nuestras envidias y criticas. ¿qué podríamos criticar?