domingo, marzo 26

Felicidad a la Carta

  • Si tienes la obligación de ser feliz eres un pobre hombre. —¿Que tienes el derecho a la felicidad? —El derecho a lo que nadie puede darte. ¡Qué cosa más triste!


  • Lo importante —dicen— es que cada uno sea feliz a su manera, con sus opciones de vida, con sus valores, con su visión del mundo. —Fantástico. —Conmovedor. —Así se igualan los grandes santos, que sometieron su voluntad a la ley de Dios, y los peores criminales, que satisficieron sus deseos torcidos más allá de toda medida. —Tan feliz es la Madre Teresa como Adolfo Hitler: ella eligió aliviar a los leprosos; él, aniquilar a los judíos y a los polacos. —Cuestión de opciones.


  • Riquezas. —Poder. —Honores. —Salud. —Inmortalidad. —Belleza. —Fama. —Placeres, gruesos y sutiles. —Sabiduría y ciencia infinita. —Virtudes, sentirse siempre bueno. —Amor y amores y amigos. —Una colección de todo eso. —Nada: convéncete: no serás feliz poseyendo lo que quieres, sino queriendo acoger lo que no sospechas.

Máximas mínimas

Demasiado largos los artículos de Bajo la lupa. ¿Y qué querían? Una lupa potente agranda las cosas pequeñas; desmenuza las grandes; descubre poco a poco la verdad ante los ojos.

Concedo, sin embargo, que tienes derecho a pensamientos más oscuros, a dardos envueltos en la chispa de un momento, a los aforismos dispersos que son en estos tiempos breves como los máximos pensamientos.

Aforismos. Máximas. Consejos. Gritos, diatriba, arengas, mordiscos de lengua viperina, cantos de desesperación posmoderna.

Toma y lee.