jueves, noviembre 2


1. Una circunstancia pequeña, si determina la intención, puede cambiar la naturaleza entera de un acto.

2. El Teólogo formuló el primer principio de la acción moral así: “el bien ha de ser hecho y proseguido y el mal ha de ser evitado”. —Después señaló algunos bienes que todos reconocen: la vida, el matrimonio y la familia, los amigos, conocer la verdad y especialmente la verdad sobre Dios . . . —De aquí se siguen los preceptos que Moisés recogió en los Diez Mandamientos. —Finalmente, sólo los sabios y prudentes saben cómo obrar en las situaciones difíciles. —Y el fin de la historia: los sabios y prudentes son muy pocos.

3. Nadie está obligado a lo imposible. Por eso, no es omisión, sino simple ausencia de acción, abstenerse de un acto contrario a las leyes físicas o morales. —Tan imposible es matar al inocente o mentir como tomar la luna con la mano.