jueves, abril 13

  • Sano y hermoso, para siempre: inmortal. ¿En este mundo, así como está? Sería una maldición de los dioses. —Nuestro Dios, infinitamente bueno, por lo menos nos reserva un lugar en el Infierno.

  • Ese que dijo que en el futuro todos serían famosos por quince minutos vaticinó la distribución equitativa de la curiosidad recíproca. La fama nunca puede ser igualitaria.

  • Algo de felicidad hay en conocer a los famosos, pero no en ser uno de ellos. Su felicidad es una máscara de cosmética burda, escamada, de luces mortecinas y de ojos que lloran en la noche. Sus admiradores lo sospechan: ellos lo saben sin género de duda.




lunes, abril 3

  • El dinero no da la felicidad, pero calma los nervios —es un lugar común. —Que a los suicidas ricos les pregunten por sus nervios

  • El poder dura poco porque lo ambicionan muchos. —Mientras se posee se sufre por la perspectiva de perderlo. —Los poderosos rara vez son felices, aunque sientan ese cosquilleo de ser obedecidos. —Si el poder te hace feliz, Dios te perdona: es ignorancia invencible.

  • El olor del incienso, las condecoraciones y los premios, la alabanza que se vierte en los oídos . . . Por cada gramo de honor, te dan un poco menos en metálico. —¿No te da asco ser tan barato?