1. —Solamente de los muertos cabe decir si han sido o no felices. —Pero hay que mirarlos enteros, desnudos, desde el otro lado. —La imagen de un hombre feliz en este mundo es siempre un engaño, una caricatura, algo que da risa.
2. La felicidad verdadera —decía un autor francés— nunca se encuentra si se busca directamente. —Y un alemán: está como en el dorso de las acciones. —Y un español: ¡no me jodas!
3. A estas alturas, espero que la palabra “felicidad” te provoque náuseas. —Olvídate de ella y dedícate a una vida dura, de hueso y carne y sangre. —Quizás, al final, cuando entregues el alma a tu Creador, Él se digne darte lo que los mentirosos de este mundo te prometen.